No se muy bien decir si la frase «Un día más, un día menos» es positiva o negativa. Si es optimista o pesimista. Supongo que es adaptable y se amolda a quien la diga o la escuche.
Hoy ha entrando en la oficina Carlos jurando por tener que llevar mascarilla y ha soltado la frase. Pep, uno de nuestros informáticos locos (a los que la vida social ni les interesa ni se les da bien) le ha soltado: «Un día más de vida, un día menos para tu muerte». Y es que Pep no es muy dado a hablar, pero cuando las suelta, van con punta.
La cosa no ha pasado de ahí. Una cosa es que Pep sea poco sociable y otra que haga las cosas a mala leche. Todos sabíamos que lo hacía sin mala intención, a pesar del rictus de su boca y el ceño fruncido. Pero Amanda, a la que llamamos Amy amistades, se ha quedado un poco preocupada por lo que ella veía como mal rollo.
Vaya, no os he hablado de Amy todavía, bueno, lo dejaremos para otro día porque aún no la conozco mucho. Le llamamos Amy amistades porque llegó el primer día intentando hacerse amiga de todo el mundo en la oficina. Se acercó a saludar y presentarse a todos (como Amanda, no como Amy) y muchos días nos trae algún regalo. Un bizcocho que ha hecho, unas galletas que ha comprado… a ver lo que le dura este estado de perpetua armonía.
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