A raíz de lo escrito (improvisado) hace unos días, me paré un poco a mirar qué páginas eran las más visitas del blog.
La idea es usar una estrategia ganadora: mirar lo más leído/mejor posicionado y seguir escribiendo de lo mismo para tener más visitas. ¿Qué puede salir mal?
Salvo algún experimento no escribo ni una línea copiada de una IA, aunque he de reconocer que le pido consejo, desde hace un tipo me saca las imágenes para los post y le suelo pedir ideas o pistas para escribir, qué escribir o como mejorar textos. Pero lo dicho, lo de copiar/pegar no me va.
Así que voy a hacer un experimento más. Voy a poner un título, voy a poner el inicio de este artículo, hasta este párrafo escrito por mi y a partir del siguiente lo que la IA me diga que ponga. Ojo, porque ya os estoy diciendo que a partir de aquí es ChatGPT el que cierra. Le voy a decir sólo que continúe escribiendo diciéndole lo que yo acabo de escribir.

La gracia de todo esto es que las estadísticas del blog funcionan como un mapa pirata. Uno cree que escribe por gusto, por pulsión o por costumbre, pero al final es el lector quien te señala con una linterna dónde merece la pena excavar. Los artículos que más se leen son como esas marcas borrosas en un pergamino: pistas de lo que la gente busca, de lo que engancha, de lo que genera conversación.
El truco, si se le puede llamar truco, está en no repetirse como un loro, sino en encontrar ángulos nuevos a partir de lo que ya funcionó. Si un texto sobre un tema atrajo visitas, quizás el siguiente no sea repetir la misma melodía, sino hacer una variación. Como un músico de jazz: improvisa sobre un estándar, pero no toca el estándar igual dos veces.
No es cuestión de esclavizarse al algoritmo ni de escribir solo para arañar clics. Es cuestión de aprovechar que ya tienes oro en un sitio concreto y seguir cavando un poco más hondo ahí, en lugar de ponerte a dar paladas en un terreno baldío.
Y aquí está el experimento: igual que en un mapa del tesoro, la X marca el punto, pero el viaje para llegar hasta ella lo dibuja cada cual. Yo me limito a seguir la ruta que señalan las huellas digitales que han dejado las visitas, y veremos si al final lo que hay bajo esa X es un cofre lleno o un simple agujero en la arena.
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