Que Don Fernando Fernán Gómez me perdone por mancillar así el título de una de sus obras teatrales más conocidas, que después llevaría al cine Jaime Chávarri, Las bicicletas son para el verano.
Lo cierto es que dentro de mi cabeza y en mi bloc de ideas hay un inicio de una historia, en gran parte autobiográfica que tiene como leitmotiv las bicicletas y el verano. Creo que ha sido lo que me ha dado pie a escribir este título.
Pero esto va de la necesidad de vacaciones que uno tiene a estas alturas del año. Y es que las ves ahí, a punto de llegar. Casi puedes tocarlas con los pies llenos de arena y las puntas de los dedos llenas de helado derretido.
Sí, las vacaciones en mi caso son para el verano. No me gusta esquiar, en primavera las alergias me dan por el saco y la lluvia será una maravilla en Sevilla, pero para estar de vacaciones ni de coña.
Y volviendo a mi infancia, el inicio del verano significada el inicio de las vacaciones, que se prolongaban durante toda la estación veraniega por lo que, como cantaba el Dúo Dinámico, el final del verano era el final de las vacaciones.
Hilando al Dúo Dinámico y su canción, todo aquel que haya vivido uno de esos tórridos amores de verano con fecha de caducidad se estremecerán con su canción, recordando como te rompes por dentro cuando se acaba el verano y ella partirá… por eso quizás esta no sea la mejor canción para decir que
EL VERANO YA ESTÁ AQUÍ, YA LLEGÓ, YA LLEGÓ (hoy jueves a las 22:51, es decir, ahora)
Esta sí:
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