[Crítica] Sé lo que hicisteis el último verano (2025)

Sí amigos, lectores y demás compañeros de oficina que sé que me leéis: he ido al cine.

Y tras mucho tiempo sin pisar una sala, la elección no se puede decir que haya estado a la altura del cinéfilo que me siento. He visto Sé lo que hicisteis el último verano. Conserva el título de la noventera película de terror, pero es una nueva.

Podría ser una secuela, porque siguen apareciendo personajes de la primera. También un reboot, porque el peso lo llevan nuevos personajes. O una secuela tardía, porque retoma la primera, pero ha habido otras por medio (habrá continuación que retomará personajes de la segunda, como nos ha dejado ver la escena post créditos, que haberla hayla).

Como viene siendo habitual en este retomar de historias pasadas, se hace referencias a si misma, vuelven dos personajes icónicos de la saga que ya no son tan jóvenes y se quiere gustar a si misma pero no dejar contentos normalmente ni a los fans acérrimos y a los que no habían nacido cuando se rodó la primera, por allá por los noventa.

Han pasado muchos años, casi 30, por lo que no se puede esperar que Jennifer Love Hewitt o Freddie Prinze Jr. estén ni parecidos a los jóvenes que eran, pero a pesar de eso hay quien los ha puesto a parir por ello. Ni mención merecen. De los intérpretes nuevos, no veo a ninguno con una carrera fulgurante de estrella. A ver si me equivoco.

También hace una aparición menor pero sorprendente el personaje muerto de Sarah Michelle Gellar, con retoques para parecer igual de joven que en la primera película de la saga. Y es que hoy en día con los retoques digitales tipo deepfake, uno ya no sabe lo que está viendo si tiene algo de real, pero da un poco de yuyu. El Valle Inquietante hace su perturbadora aparición con este personaje.

Pero bueno, la película se deja ver. Muy mal hay que hacerlo para, sabiendo como sabemos todos lo que vamos a ver, que nos desilusione. No esperaba mucho, pero ha sido un rato entretenido.

Y luego hay otra cosa que me divierte de estas pelis. Sabes que el malo tiene que ser alguno de los personajes, claro, no es alguien de fuera. ¿No os hace gracia intentar descubrirlo? A los que estaban sentados al lado mío sí, entre bocado y bocado de palomitas. Claro, comían con la boca abierta, podían hablar sin problema del tema. Os juro que le tuve que decir que quitara la caja de palomitas que me tapaba la pantalla.