Con esta molona frase, muy ochentera, despedía un cliente la llamada con uno de mis compañeros de soporte, «Teletrabajo a tope, chavalotes».
Hemos visto cosas peores. No digo que sea maleducada, fuera de tono, ofensiva ni despreciable, como sí hay gente que en el día a día te encuentras si trabajas de cara al público, y más si es en algún servicio donde la gente tiene quejas, necesidades o se cree que tiene un derecho que tú le tienes que dar.
Esa frase solo es un poco graciosilla y no viene a cuento, cuando están tratando un tema profesional. Tú puedes estar de muy buen humor pero la persona que tienes enfrente no.
Hoy solo quería reivindicar el trabajo de la gente que se dedica a ayudar a los demás, que es un tema que ha salido al respecto de esta frasecilla. Cuando llamas a un servicio de atención al cliente te está atendiendo una persona que hace su trabajo y que ten intenta ayudar, no tiene porqué resolver tu problema. Puede que simplemente te indique lo que tienes que hacer, a quien dirigirte u orientarte, porque no sea de su competencia resolver tu problema. O que te revise lo que esté en tu mano y si no es de lo suyo te lo diga.
En ocasiones nos parece que no nos están atendiendo o resolviendo y no escuchamos lo que nos dicen o el siguiente paso que nos proponen.
Sí, yo he estado en los dos lados y hay clientes estúpidos y agentes de atención al cliente estúpidos. Para nuestra desgracia hay estúpidos en todos lados. Para otro día la teoría de la estupidez de Cipolla, prometido.
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